Renta fija o renta variable

Como hemos mencionado en artículos anteriores, invertir implica comprar títulos emitidos por entidades o empresas públicas o privadas para obtener financiación. Para hacer los títulos más atractivos al inversor, la entidad emisora puede emitir distintos tipos de títulos, como los bonos, las obligaciones o las acciones, todos ellos implicando condiciones y características distintas. Además, las empresas en busca de financiación pueden emitir títulos de renta fija o de renta variable, pudiendo comportar ambos ventajas e inconvenientes dependiendo de cuáles sean los objetivos y las preferencias del inversor. Con la compra de estos títulos, el inversor se convierte en accionista o acreedor de la empresa emisora.

¿Cuáles son las diferencias entre renta fija y renta variable?

Tanto la renta fija como la renta variable pueden ser beneficiosas para el inversor. Como hemos comentado anteriormente, esto variará en función de lo que busque el comprador del título.

Las inversiones de renta fija se caracterizan por que el inversor puede predecir o conocer de antemano qué ingresos o remuneración le va a generar el título comprado. Así, si se ha comprado un título por un valor nominal de 10.000€ y tiene una rentabilidad del 5%, al final del plazo de vencimiento el inversor recuperará su capital inicial más una remuneración de 500€. Esto no conlleva que no existan riesgos cuando compramos títulos de renta fija, y es que nuestro dinero se nos devolverá con los intereses siempre que la empresa no entre en suspensión de pagos. Si se invierte en una empresa muy solvente según las calificaciones, el riesgo de que esto ocurra será bastante pequeño. Por lo tanto, la inversión en renta fija se caracteriza por ser bastante segura aunque genere unos ingresos limitados.

La inversión en títulos de renta variable conlleva una menor seguridad en los ingresos que se van a obtener, y es que en este caso es difícil conocer qué cantidad de beneficios se podrán obtener. Aquí sí que influyen factores como los vaivenes del mercado, los índices bursátiles o la marcha de la empresa. Todo esto conlleva que invertir en renta variable comporte riesgos mayores que invertir en renta fija. Sin embargo, esto implica, a su vez, que se puede obtener una mayor rentabilidad por la cantidad de capital invertida.

Conclusión

Según el perfil del inversor, será más conveniente invertir en un tipo de renta u otro. Las inversiones de renta fija están más orientadas al ahorrador, que busca obtener beneficios a largo plazo pero sin riesgos que impliquen perder mucho dinero. Por otro lado, las inversiones de renta variable están más indicadas para aquellos inversores que no temen exponerse a un mayor riesgo y que busca beneficios a corto plazo.

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