Invertir en Eurobonos

Los Eurobonos o bonos europeos de estabilidad consisten en títulos de deuda pública emitidos en los mercados financieros de la Unión Europea. Se trata de títulos de renta fija a largo plazo que figuran en euros y que son emitidos por distintas empresas o sindicatos internacionales fuera del país que los haya emitido. Por ello, los eurobonos, por emitirse al exterior del país emisor, no se encuentran sometidos a su legislación.

Normalmente, los eurobonos son emitidos por grandes emisores como bien pueden ser los gobiernos de los distintos países, organismos de carácter internacional o grandes empresas, cuyo país de origen suele distinguirse por su calidad crediticia. Entre los compradores o los clientes potenciales de los eurobonos, se suelen encontrar entidades tan diferentes como empresas internacionales, compañías seguros, entidades bancarias o fondos de pensiones, interesados en diversificar sus carteras de inversión y su deuda.

Con los eurobonos se pretende contribuir a salir de la grave situación económica en la que se encuentra el continente europeo desde 2008 y así aminorar el coste de la financiación pública.

Las ventajas de los eurobonos como inversión

Características

Los eurobonos se caracterizan por ser títulos que se pueden negociar en el mercado secundario, normalmente asociado con la bolsa de valores. El país o la entidad emisora del bono se compromete a pagar una serie de intereses anuales al comprador del bono y a la devolución del capital invertido por el inversor una vez llegue el plazo de vencimiento.

Para el inversor, los eurobonos suponen una apuesta bastante rentable y ventajosa, ya que su colocación es muy rápida y sus intereses son pequeños, netos y libres de impuestos y retenciones fiscales. Por otra parte, el comprador no necesita registrarse para adquirirlos, pues se trata de títulos emitidos al portador, pudiendo permanecer el inversor en el anonimato. Además, los eurobonos son títulos muy flexibles que se pueden convertir en otro tipo de activo financiero.

Sin embargo, la valoración de los bonos europeos no es fija del todo, y es que dependen de los tipos de interés, los tipos de cambio, la liquidez del bono, la calidad crediticia de la entidad emisora o de las cláusulas o condiciones que contenga el bono. Así, estos bonos pueden variar considerablemente de una empresa o un país emisor a otro.

Otra característica importante de los eurobonos es que están sometidos a la legislación nacional del país donde han sido adquiridos, por lo que no se pueden considerar del todo bonos extranjeros. Por último, cabe decir que los eurobonos son un proyecto aún, y es que los distintos países miembros necesitan ponerse de acuerdo en una política fiscal común. 

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