¿Qué es una OPA?
Una OPA es una operación financiera en la que una empresa o un grupo financiero, llamada “entidad oferente”, anuncia al conjunto de los accionistas de una empresa concreta que cotiza en el Mercado de Valores, conocida como “sociedad afectada”, que tiene la intención de hacerse con el control de dicha empresa. Esto es, la OPA tiene como objetivo obtener una participación considerable en el capital de una sociedad, o, para decirlo de una forma más sencilla, una empresa absorbe a otra comprando todas las acciones.
No sólo las empresas que cotizan en bolsa pueden ser “opadas”, sino que existen casos en los que la OPA puede ser lanzada sobre una empresa que aún no cotiza. Para el primer caso, hay una serie de normas que se han de cumplir para que la OPA sea legal, impuestas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), mientras que en el segundo caso no existen tales regulaciones, teniendo la OPA carácter voluntario.
Respecto a la legislación que afecta a las OPAs de empresas que cotizan, existe la obligación de extender la oferta de compra de acciones a todos los valores susceptibles de convertirse en capital, excepto los warrants y las opciones financieras. Por ejemplo, si la empresa ha emitido bonos o acciones sin voto, ésta ha de darles un valor de compra también.
Puede darse el caso de que no sea sólo una empresa, sino varias, las que estén interesadas en adquirir una sociedad afectada. En dicha situación de OPAs competidoras, la CNMV ha de facilitar un proceso por el cual los accionistas de la sociedad puedan valorar las ofertas de cada una de las empresas para poder elegir la que más les convenga.
Por otro lado, la contraprestación de la OPA se podrá dar en metálico, en valores cotizables en bolsa o de forma mixta, siendo parte en metálico y parte en valores. En todos los casos, la Comisión exige un aval bancario para asegurar a los accionistas de la empresa opada dicha contraprestación.
Por último, cabe decir que una empresa puede lanzar una oferta de OPA a otra por motivos muy diversos. Así, la entidad oferente puede estar interesada en la sociedad afectada por la liquidez de la inversión, pudiendo tener la posibilidad de una salida en caso de no haber acertado con su decisión de OPA; también puede hacerlo por motivos de seguridad, cuando el inversor confía en que la OPA le traerá unos beneficios que compensen su inversión inicial; como estrategia de crecimiento; o por simple ambición de poder.